Organizaciones de ayuda humanitaria llaman a los gobiernos a invertir el gasto militar de un día a la lucha contra el hambre

World Vision Honduras
Apr 20, 2021 5:39:10 PM

Organizaciones de ayuda humanitaria llaman a los gobiernos a invertir
el gasto militar de un día a la lucha contra el hambre.


Solo 26 horas de gasto militar global es suficiente para cubrir los US$5.500 millones necesarios para ayudar a las personas en mayor riego de hambruna.

A un año de que las Naciones Unidas advirtieran de “una hambruna de proporciones bíblicas”, los donantes ricos únicamente han financiado solo un 5% de la petición de la ONU por US$7.800 millones para seguridad alimentaria en el 2021.

Más de 200 organizaciones no gubernamentales publicaron este martes 20 una carta abierta exhortando a todos los gobiernos a incrementar urgentemente la ayuda para prevenir que más de 34 millones de personas estén a las puertas de la hambruna este año.

Los US$5.500 millones de financiamiento recientemente solicitados por la ONU, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la FAO equivale a menos de 26 horas de los US$1.900 billones en gasto militar anual. Más aun, conforme más y más gente va a dormir con hambre, los conflictos aumentan.


Al finalizar el 2020, la ONU estimó que 270 millones de personas estaban, en riesgo de enfrentar y ya padecían niveles agudos de hambre. Actualmente, 174 millones de personas en 58 países han alcanzado ese nivel y están en riesgo de morir por malnutrición, o por falta de alimentos, y esta aumentará en los próximos meses si no se toma acción inmediata.


Globalmente, los precios de los alimentos están en su punto más alto, en los últimos 7 años.


Las guerras son las principales causantes de la hambruna global, además exacerbada por el cambio climático y la pandemia por el coronavirus. Desde Yemen hasta Afganistán, Sudán del Sur y el norte de Nigeria, los conflictos y la violencia están llevando a millones a los umbrales del hambre.


Millones en zonas de conflicto cuentan las horrendas historias de hambre. Fayda, de la gobernación de Lahk, en Yemen, afirmó que “cuando los trabajadores humanitarios visitaron mi choza, pensaron que tenía comida porque humo salía de mi cocina. Pero no estaba cocinando para mis hijos, en su lugar, solo podía darle agua con hierbas, después de lo cual se iban a dormir con hambre. Pensé en suicidarme varias veces, pero no lo hice por mis hijos”.


Al inicio de la pandemia por COVID-19, el Secretario General de la ONU llamó a un cese global del fuego para atender la pandemia, pero muy pocos líderes han buscado implementarlo. Los líderes globales deben apoyar soluciones perdurables y sostenibles al conflicto y abrir espacios para que los equipos humanitarios alcancen a aquellas personas en zonas de conflicto para salvar sus vidas.


El Embajador Ahmed Shehu, Coordinador Regional para la Sociedad Civil en la Cuenca del Lago Chad afirmó que “la situación aquí es realmente grave”. Setenta por ciento de las personas en esta región son agricultores, pero no pueden accesar sus tierras debido a la violencia, así que no pueden producir alimentos. Estos agricultores han provisto alimentos por miles de años, pero ahora se han convertido en mendigos. La producción de alimentos se ha perdido, los empleos se han perdido, asimismo los ingresos, entonces la población no puede comprar comida. Nosotros, como trabajadores humanitarios tan siquiera podemos ayudarles de manera segura. Algunos de nuestros miembros asumieron el riesgo de alcanzar a poblaciones que enfrentan hambre y fueron secuestrados –no sabemos dónde están. Esto ha tenido un impacto inmenso sobre los que estamos desesperados por ayudar”.

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